lunes, 20 de mayo de 2013

La decisión final

Todo empezó con una visita a Vitaldent para una revisión anual de esas que te sacan nada más que problemas bucales pero que luego agradeces en el alma. Ya me sabía la conversación de memoria porque los dentistas del mundo tienen un complot para decirme todos lo mismo:

–Señorita, usted lleva una limpieza excelente de su boca y tiene unos dientes preciosos. 
–Muchas gracias, eso intento. 
–La lástima es que podría tener una boca prácticamente perfecta si se colocara una ortodoncia para corregir esa mordida cruzada que afea toda su boca. 
–Sí, ya lo sé. Pero ya he llevado ortodoncia y no quiero volver a pasar por eso. Buenas tardes.

Así era todos los años. Pero este año fue diferente: 

–¿Está usted segura? Mire que dentro que unos años puede llegar a tener problemas de salud por culpa de esos dos dientes. ¿Usted tiene dolores en alguna parte en concreto de la cabeza?
–Pues... ahora que lo dice, desde hace unos meses estoy sintiendo dolores de cabeza punzantes en la parte derecha de la frente. Pensé que era por el estrés. 
–Muerde usted muy fuerte cuando duerme, ¿me equivoco?
–Ehm... sí, eso es cierto pero creo que es cosa del estrés.
–Efectivamente, ese estrés le puede generar migrañas e incluso, con el paso de los años, la fracturación de esos dos dientes que constantemente chocan entre sí.

No me hizo falta mucho más para decidirme a dar el paso. Y no es que el dentista me comiera la cabeza, de hecho fue muy amable y comprensivo respetando mi tozudez (porque salí de la consulta erre que erre con que no me volvía a poner ortodoncia). Simplemente es que yo quiero mucho a mi cabeza y esos dolores me podían volver más loca de lo que ya estoy... ¡poco había que pensar entonces! 

Después de esta revisión y de darle algunas vueltas a la idea, pedí otra cita para la semana siguiente y la ortodoncista en persona estudió mi caso. Después me explicaron el montón de posibilidades que tenía para arreglar mi problema y me dieron un presupuesto de cada solución. Y ahí me quedé yo, en la puerta de Vitaldent con un montón de papeles en la mano pensando mientras esperaba el autobús:"Mery... ¡te has vuelto majareta!" En casa estudié las ideas detenidamente (y también me comí una bolsa de torreznos para disfrutar mis dientes y su mordida asesina). En una semana me había decidido y fui a Vitaldent para decirles "hola, me he vuelto loca y quiero vaciar el bolsillo en su clínica". 

La verdad es que me trataron muy bien en todo momento. ¡Cómo si fuera de la familia!. Me sacaron mi última muela del juicio a petición mía antes de empezar el tratamiento y ahí empezó mi bonita amistad con Vitaldent: me contaban sus experiencias personales, se preocupaban de si venía alguien a recogerme cuando estaba con la anestesia, me ponían hielo amorosamente, se preocupaban de si tenía los medicamentos en casa (y si no, la enfermera estaba dispuesta a ir a la farmacia de la esquina a por ellos), me llamaban durante los días siguientes para ver cómo estaba... ¡todos un amor!. Sinceramente, creo que tuve la suerte de mi vida al encontrar esta clínica tan profesional y con tan buenas personas. No entiendo por qué se leen tantos comentarios negativos en internet sobre las clínicas Vitaldent. Yo me he tratado allí durante toda mi vida adulta y jamás he tenido ningún problema. ¡Todo ventajas! 

La ortodoncia elegida: Precio y características.

Después de la extracción de la muela del juicio, sus dos semanas de recuperación y la ingesta infinita de polos "Drácula", por fin estaba lista para que me colocaran la ortodoncia. Durante la semana de antes intenté comer todo lo que pude porque sabía muy bien lo que me esperaba... 

Les cuento mi decisión al "casarme" con Vitaldent: 

El plan que elegí me costó (o mejor dicho, me está costando) en total 2800 €. El pago me lo he financiado en 24 meses sin intereses. Es decir, que estaré pagando la broma hasta un año después de tener los dientes ya bonitos y alineados. Si se piensa bien, no es tanto dinero al mes (sobre unos 120 € / mes).
El tratamiento tendrá un año de duración e incluye: 



-Todas las piezas de la ortodoncia durante todo el tratamiento. 
-La reparación de piezas y urgencias.
-Las piezas de después del tratamiento (un arco para que no se muevan los dientes y una férula de retención)
-Un pulido y tratamiento de blanqueamiento después del tratamiento de la ortodoncia.
-Las limpiezas bucales durante el tratamiento y para después de este (una vez al año si es necesario). 
-Todas las consultas durante y después del tratamiento.




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